lunes, 20 de noviembre de 2017

Permítete Sentir

Durante la toma de ayahuasca las emociones son las llaves maestras que abren la conciencia para la comprensión de lo que sucede en nuestra vida, el permitirse sentir estas emociones y zambullirse en ellas teniendo el coraje de incluso convertirse en ello por un momento nos arroja de bruces con nuestra verdad más profunda, en la sociedad existe un tabú que califica ciertas emociones como negativas ,por ejemplo la tristeza y la ira, esto conlleva que las personas sientan que no “deberían sentirlas” y por lo tanto se reprimen no permitiendo que la emoción termine su ciclo y nos muestre la enseñanza que nos trae, se vive en una total desconfianza hacia la brújula del corazón, la experiencia con ayahuasca nos vuelve a conectar con nuestro verdadero hogar.
Como dice Alberto Varela “hay un momento de nuestra vida en el que nos hacen daño y entonces nos mudamos a la cabeza pero el verdadero hogar está en el corazón, el camino de vuelta a casa no supone más de 35 centímetros de distancia y sin embargo algunas personas tardan en recorrerlo toda la vida” ¿quieres ser tu una de esas personas atrapadas en un proceso paulatino de pálida desorientación o quieres enchufarte de nuevo a esa fuente de sabiduría que es la intuición? 
La toma de medicina ayahuasca provoca una cascada de sanación que recorre todo el cuerpo identificado los bloqueos energéticos y liberándolos mediante la toma de conciencia, muchos comprenden al abrir de nuevo sus corazones al sentir que lo que llevaban sintiendo hasta ahora eran emociones palidecidas, reflejos mentales, sentimientos filtrados, sienten que se estaban conformando con comer solo una parte del pastel cuando el pastel entero les esperaba, y ven como cae ante sus ojos la caduca y obsoleta estructura que habían pensado para sus vidas donde ahora ya no cabe tanto amor y felicidad, comprenden al permitirse sentir su tristeza que estaban a una lágrima de ser ellos mismos, comprenden al permitirse sentir su ira que estaban a un grito de tocar el cielo, comprenden que al permitirse tomar ayahuasca se permiten tomar contacto consigo mismos, comprenden al permitirse sentir el perdón que en realidad no había nada que perdonar y comprenden que el sentido de la vida no era contra cosa diferente del sentir de la vida.
Sergio Sanz
Psicólogo y Psicoterapeuta
Coordinador de Ayahuasca Internacional en Catalunya
Integrador de procesos en estados expandidos de consciencia.

jueves, 16 de noviembre de 2017

Karl Marx: Manuscritos Económicos y Folosóficos de 1844

Nota sobre los Manuscritos

El Manuscrito Nº 1 consta de nueve folios (l8 hojas, 36 páginas) que fueron unidos por Marx formando un cuaderno. Las páginas fueron divididas, antes de escribir en ellas, en tres columnas, por medio de dos rayas verticales. Cada una de las columnas lleva, de izquierda a derecha, el siguiente título: Salario, Beneficio del Capital, Renta de la tierra. Aparentemente Marx pensaba desarrollar paralelamente estos tres temas con igual extensión. A partir de la página XXII Marx escribió sobre la totalidad de las páginas, sin respetar la división en columnas; esta parte es la que, de acuerdo con el contenido, se ha titulado: El trabajo enajenado. El Manuscrito se interrumpe en la página XXVII.

El Manuscrito Nº 2 consta de un folio (2 hojas, 4 páginas, numeradas del XL al XLIII). Comienza a la mitad de una frase y constituye manifiestamente sólo el fragmento final de un escrito más amplio.

El Manuscrito N°3 está contenido en un cuaderno formado por 17 folios (34 hojas, 68 páginas las últimas 23 no escritas). La numeración de Marx salta de la pág. XXI a la XXIII y de la XXIV a la XXVI.


Comienza el Manuscrito con dos apéndices a un texto perdido que han sido titulados, respectivamente, por V. Adoratsky Propiedad privada y trabajo, Propiedad privada y comunismo. Sigue la crítica de la Filosofía hegeliana y el Prólogo, que aquí se ha colocado al comienzo.

Texto: click

Fuente: https://www.marxists.org/

lunes, 13 de noviembre de 2017

Educomunicación

«En la medida en que progresen estas tecnologías, vayamos directo hacia el wifi y los ordenadores más pequeños, se abaraten las tecnologías y se vuelvan más audiovisuales, sin ninguna duda la gramática escolar antigua va a ser sustituida por una gramática de la cultura audiovisual, con un estilo diferente, con más nervio, con más sentido de la actualidad. El problema es qué generación de profesores asumirá esto.»
(José Manuel Pérez Tornero)

El hecho educativo es, esencialmente, un hecho comunicativo. Hoy es impensable hablar de comunicación y de educación como de procesos diferentes. Los procesos de comunicación son componentes pedagógicos del aprendizaje. Oí por primera vez el concepto en el entorno, tal vez a él mismo, de Paulo Freire, en Chile por los años 70. Después lo volví a percibir en Argentina, en un encuentro con educadores al que asistía Mario Kaplún. A pesar de que ya andaba yo en aquellos tiempos enredado en la comunicación y en la educación, y que participaba plenamente de las ideas de Freire y de Kaplún, me costó un poco el aceptar el término, tal vez por mi reticencia a utilizar nuevos vocablos. La UNESCO lo aceptó en 1979, y de ahí su recorrido fue rápido en América, en relación con la educación popular, y más lento en Europa, pero imparable. Acepté el término y la ideología que lo sustenta y he intentado, desde hace muchos años, ser educomunicador con todas sus consecuencias. 
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La educomunicación solamente se puede entender en un contexto de cambio cultural, revolucionario, dialógico, que nunca se acaba, dialéctico, global, interactivo, que adquiere su pleno sentido en la educación popular, en la que comunicadores/educadores y receptores/alumnos, enseñan y aprenden al mismo tiempo, pues son alternativamente emisores y receptores. La relación pedagógica se convierte en una situación de aprendizaje compartido entre los que se comunican entre sí y que, al hacerlo, construyen el hecho educativo, cuyo principal objetivo es el de desarrollar un pensamiento crítico ante la situación del mundo y sus mensajes.
Quienes nos consideramos educadores basamos nuestra acción en la relación con otras personas, en la comunicación con los demás. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, sin duda nos ayudan a ello, aportan nuevas visiones y contactos y, sobre todo, son un desafío para nosotros. Los nuevos ciberespacios educativos implican un avance espectacular y al mismo tiempo nos obligan a los educomunicadores a ser más conscientes del sentido dialógico, solidario, personal e intercultural y diferenciar claramente la comunicación del terreno de los aparatos, programas y cachivaches para centrarlo en los procesos sociales y personales, en la reflexión colectiva, en la participación y en la búsqueda común y creativa de soluciones a los problemas cercanos y lejanos del mundo.
Esto nos obliga a tener en cuenta también la importancia mediadora de los medios, hoy fundamentalmente los que utilizan la tecnología digital, y la convergencia de diferentes lenguajes, en un mundo globalizado económicamente, en el que hay conceptos, contenidos y estructuras que no pueden ser ajenas a la red, a la interacción, a la interculturalidad, al trasvase vertiginoso de la información, a estructuras no lineales y a la responsabilidad de los usuarios como productores de información.
La educomunicación, ayuda, además, a dirigir la mirada en los principales problemas del mundo: la participación de todas las personas, la defensa de los derechos humanos, la multiculturalidad, el medio ambiente, la paz, la libertad de expresión y de comunicación...
El Grupo Comunicar, desde 1986, ha sido un punto de encuentro y dinamización de quienes en todo el mundo se plantan la importancia de la educación y la comunicación como procesos de cambio.


miércoles, 8 de noviembre de 2017

Profesorado de Lengua y Literatura

Teoría Literaria IV

Escribir una autoficción . Para ello pueden partir de las siguientes preguntas:
¿Qué narrarían? ¿Qué información omitirían? ¿Cómo darían cuenta ficcionalmente de quiénes son? ¿Qué personaje de sí mismos/as construirían?

El viaje

La palabra se vuelve escrita mirando el mar. Allí, me sumerjo en la espuma blanca y mojado y salado, camino por el aire hasta toparme con una gaviota cazadora de pejerrey. El sol, con sus dedos de fuego, calienta todos los cuerpos que besan la arena.
En ese viaje, vuelo hacia las costas peruanas y me despierto en Máncora, en donde la mar es verde y más serena y además, los surfistas corren la única ola en la punta norte de la playa. Allí, el sol se moja en el atardecer hasta el otro día. Mientras, los rayos de sol se apagan y la noche, me lleva al caribe colombiano.
Allí, en Cartagena de Indias, la buena música afroamericana se hace sentir y el cuerpo danza, se mueve, se eleva. Me refresco con una cerveza y camino hacia mis adentros. 

En este viaje interior, me veo en todas las playas que la palabra supo describir. Allí, las noches tienen dos lunas y yo también.

Un abrazo, desde el mar de Santa Teresita