La flor de la palabra no muere, Aunque en silencio caminen nuestros pasos. EZLN
En el presente artículo se expone
el desarrollo de la escuela del movimiento zapatista que construye su propuesta
educativa desde la comunidad, basados en la sabiduría ancestral para ligarla
con el pensamiento contemporáneo. El fin de la educación zapatista es formar
generaciones en la práctica de la autonomía y autogobierno para conservar su
dignidad indígena. La experiencia no es un modelo ni cabe en otras corrientes
pedagógicas. Aunque original, en su base pueden distinguirse las ideas de Paulo
Freire de alfabetizar para leer el mundo y transformarlo.
En este sentido, la escuela
zapatista es anticapitalista y no se rige por las normas del mercado que expide
títulos para cambiarse por dinero; no es mercancía pues nadie paga por aprender
y a nadie cobra por enseñar; tampoco es un aparato de Estado, porque cada
pueblo determina los contenidos curriculares para usar el conocimiento y
desarrollar la colectivización del campo, impulsar cooperativas y las tiendas
comunales.
A diferencia de la tendencia
global de escuelas que promueven la mentalidad emprendedora, del mérito y de
autoempleo, en la educación zapatista se aspira a que los jóvenes sirvan a su
pueblo, sean solidarios y que los conocimientos no impliquen la jerarquización
social. La vivencia en una comunidad zapatista y las entrevistas con promotores
de educación, permiten entender que la escuela zapatista sigue en construcción
y debe evitar la burocratización y la homogeneización propias del capitalismo.
Por César Silva Montes
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