Universidad de Oslo – Noruega
Hoy los productos e identidades locales
son cada vez más difíciles de discernir dentro de la cultura
global; y se supone que la vida cotidiana de los individuos es cada
vez más trasnacional y diaspórica. En el caso de la Argentina, los
hinchas de fútbol y periodistas deportivos se dedican a construir
mundos locales. El estilo y el imaginario futbolístico que define lo
argentino está ligado a las categorías de pibe y de potrero. Estas
nociones proceden de una narrativa mítica que reproduce una
tradición nacional. Subrepticiamente, la lógica de la pampa y del
gaucho emergen con otros ropajes y sabores en el mundo del fútbol.
Palabras clave:Argentina, fútbol,
identidad nacional, Maradona.
Los símbolos y la
identidad nacional serían incompletos y perderían mucho de su
continuidad y capacidad de encantamiento sin la mística y la
tradición de un territorio particular que explorado, mapeado y
vivido se transforma en "casa". Schama (1995, p. 15) ha
argumentado de modo convincente que los mitos y las memorias de un
paisaje heredado comparten dos características: su permanencia
sorprendente, aun a través de siglos, y su poder de condicionar
significados e instituciones contemporáneas. De acuerdo con su
interpretación, los paisajes nacionales se imaginan como únicos y
las nociones de pertenencia e identidad como internas y exclusivas.
Una nación es, por lo tanto, un territorio que no es compartido con
otros (los no-nacionales) y en principio no está formado por fuerzas
externas. El imaginario territorial es poderoso porque combina la
pertenencia geográfica con narrativas complejas sobre hazañas
humanas, caracteres extraordinarios y héroes históricos.
Voy a argumentar en este
artículo que la idea de un territorio inmutable poblado por figuras
míticas, como algo típicamente nacional, tiene que ser calificada.
Una de mis tesis principales es que las imágenes nacionales
dominantes trabajan mejor a través de la transformación de
significados, las extensiones semánticas y los usos –y abusos–
analógicos. En esta dirección, las narrativas de lo nacional se
construyen y reconstruyen en diferentes campos de actividades y en la
interrelación entre fuerzas y campos sociales internos y externos.
Las nociones de una identidad argentina no son necesariamente
cerradas, ellas pueden conceptualizarse en contraposición con otras
identidades (reconocidas o no por los nativos mismos). Las ideas e
imágenes de lo "nacional" son, a menudo, un espejo en el
que la mirada de los otros es casi tan importante como la mirada de
los nativos mismos. Pienso que el fútbol en la Argentina es una
arena privilegiada para el análisis de la formación de la identidad
nacional y la construcción de masculinidades (Archetti, 1994). A
comienzos de este siglo el fútbol fue visto como un deporte de
origen británico que se hacía nacional –e interno– en un
momento en el que se desarrollaban las redes globales de intercambios
y de competencias deportivas. El fútbol permitió a los hombres
argentinos competir y hacerse visibles en un mundo cada vez más
internacional (juegos olímpicos, torneos sudamericanos, giras
europeas de equipos desde 1925, y –desde 1930– la Copa del Mundo
Jules Rimet). Espero poder demostrar que a través del fútbol las
ideas de territorio y pertenencia se redefinen, ya que la importancia
de fuerzas externas es reconocida ("el estilo de los otros")
y porque el imaginario rural se extiende y, de alguna manera, se
invierte por medio de una práctica corporal en algo eminentemente
urbano.
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