La miliciana revolucionaria Juana
Azurduy, fue una de las líderes de la antigua Republiqueta de La Laguna junto a
su esposo Manuel Ascencio Padilla, en las batallas por la emancipación en el
Virreinato del Río de la Plata (gobernación de Buenos Aires) en el siglo XIX.
Ambos luchadores se sumaron a la
Revolución de Chuquisaca que el 25 de mayo de 1809 destituyó al presidente de
la Real Audiencia de Charcas que integraba a los territorios del virreinato
instaurado por la corona española.
Durante la lucha por la
emancipación, estuvo al mando de Antonio González Balcarce y luego del General
Manuel Belgrano, cuando enviaron expediciones a Buenos Aires y combatieron a
los realistas defendiendo la zonas de Chuquisaca y las selvas que abarcaban Santa
Cruz de la Sierra. Juana no claudicó en batalla, antes de morir, combatió
embarazada de su quinta hija.
En 1811, Azurduy y Ascencio
sufren la derrota del Ejército del Norte en la Batalla de Guaqui, los realistas
comandados por José Manuel de Goyeneche, tomaron el Alto Perú, y arrebataron
los ganados y propiedades de Padilla, fueron detenidos Juana y sus hijos, pero
logró rescatarlos y se refugiaron en las alturas de Tarabuco, zona selvática.
Los combatientes continuaron la
lucha independentista y en 1813 se pusieron al mando de Belgrano, nuevo jefe
del Ejército Auxiliar del Norte, para batallar con más de 100 mil milicianos en
Vicalpugio. Posteriormente, Juana Azurduy organizó el "Batallón
Leales" que participó en la Batalla de Ayohuma el 9 de noviembre de 1813,
que significó el retiro de los ejércitos argentinos del Alto Perú.
Mientras Padilla organizó
milicianos en guerrilla para combatir contra los comandos realistas, Juana
lideró la guerrilla que atacó el cerro de Potosí el 8 de marzo de 1816. Este
triunfo, aunado a la victoria en el Combate del Villar, la hizo artífice de la
revolución, y obtiene el rango de Teniente coronel por un decreto firmado por
Juan Martín de Pueyrredón, Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de
la Plata.
El 14 de noviembre de 1816 fue
herida en la Batalla de La Laguna, su marido acudió a rescatarla y en el
intento fue herido de muerte. Azurduy se cobijó en la pobreza tras la muerte de
sus cuatro hijos, y en 1825 El Libertador Simón Bolívar la visitó y la ascendió
a Coronel, grado que incluyó una pensión.
Murió en 1862 a los 82 años de
edad, con el legado de independencia. Su restos fueron exhumados 100 años
después, para ser guardados en un mausoleo que se construyó en su homenaje en
la ciudad de Sucre, en Bolivia.
En 2009, la presidenta Cristina
Fernández, la ascendió al grado de general, la primera mujer en ingresar al
Ejército argentino.
Fuente: Telesur
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