Por Andrés Pabón Lara
Pensar a Freire en la escuela hoy debe servir para pensar que no solamente hay que luchar contra la opresión, sino también contra la frustración, la desilusión y la resignación que le son consecuentes. Freire propone frente a esto la esperanza, pero se trata de una esperanza activa, y no de una contemplación aislada o pasiva. Pensar a Freire en la escuela hoy no debe ni puede limitarse a la conmemoración de una efeméride centenaria que se concentre en el pasado.
El legado de Freire tiene
urgente vigencia porque invita a pensar que si no queremos que nuestras
palabras sean promesas vanas de un mundo mejor, si queremos aportar un grano de
arena para la liberación de las y los estudiantes, debemos también salir de la
escuela a imprimir nuestro saber pedagógico en la construcción de una opción
política que ayude a concretar las alternativas reales de nuestra liberación. A
cien años de su nacimiento, Freire sigue naciendo, no sólo en los libros o en
las aulas, sino más allá, pues sigue siendo necesario como parte de un
horizonte que está aún por venir.
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